Rheinfall (Las Cataratas del rhin) y Schaffhausen

A nuestros compañeros virtuales....La entrada de este día apenas requiere de esa información que solemos añadir para situar un poco lo que hemos visto, prácticamente las imágenes hablan por sí solas. Estamos hablando del salto de agua más alto de Europa (unos 23m) y que permite una aproximación hasta su propio centro. En algún momento hace más de 12.000 años el Rhin experimentó un cambio en su curso y lo que hoy podemos observar es lo que queda de esa violenta transformación, la enorme roca central es de piedra caliza que ha resistido hasta el momento milenios de dura y constante erosión mientras las gravas más blandas desaparecieron.

Hace unos 12 años de nuestra primera visita y la sensación al oír, antes incluso de percibirlas con los ojos, las cataratas del Rhin es verdaderamente impactante. Es el bramido de la naturaleza salvaje, la que no tiene medida y que en tantos países causa estragos por lo desprevenido. Aquí, en este paraje dónde su presencia es permanente el hombre ha aprendido a disfrutarlo y por qué no decirlo, a explotarlo para deleite de muchos de nosotros.



Nuestro regreso se ha visto sorprendido por cambios substanciales en la infraestructura que rodea el lugar. Las diferencias han hecho de un lugar mínimamente explotado a lo normal, tienda de souvenirs, aparcamiento y restaurante donde gastar algo más de lo previsto. Pero la visita continúa siendo altamente recomendable.





En la ocasión anterior escogimos un mini-crucero por el Rhin que tan sólo nos aproximó al peñón que preside el centro de la catarata para que sientas algo de la fuerza de sus aguas. Esta vez, hemos optado por llegar al peñón mismo y percibir la fuerza salvaje que reina en ese espléndido tramo del río. Es increíble notar la potencia del motor del pequeño barco cuando se aproxima a la zona de corrientes más peligrosa.
Queda aún más patente cuando lo ves aproximarse para recoger al los pasajeros una vez concluida la visita, la pericia del patrón no impide que en ocasiones deba volver atrás para entrar en el canal natural por el que se puede acceder al peñón.

La vista desde lo alto del montículo es espléndida, en parte porque la visión se ve potenciada de nuevo por otros sentidos. Son en este caso el oído, pues es necesario levantar la voz para poder comunicarte con la persona que te acompaña y el tacto, con miles de minúsculas gotas de agua pulverizada que te acarician durante el corto recorrido.


Volvimos de la visita con nuevas energías, es de esos lugares que te dejan una sensación especial, es algo que sucede en algunos lugares, esos en los que piensas que el viaje ha ya valido la pena por lo visto y sentido aquí.

Tras la espectacular visita decidimos pasear por la cercana población Schaffhausen y parar unos instantes frente a la Haus zum Ritter o Casa del Caballero antigua construcción del 1492 y cuya fachada está decorada por completo por frescos de Tobias Stimmer cuyos originales de 1570 fueron retirados en 1935 conservándose actualmente en el Museum zu Allerheiligen y sustituidos por réplicas de Carl Roesch.


De nuevo advertimos con suma alegría lo agradable de deambular sin prisas por el casco antiguo de otra ciudad.

Cómo curiosidad para los amantes de los animales que nos leéis aquí no hay excusas para recoger aquello que nuestra mascota ha dejado, ni siquiera es necesario llevar bolsitas encima jajaja


Y hasta aquí la entrada del día de hoy. Desconocemos cuando podremos conectar de nuevo pero continuaremos el diario de viaje para publicar en cuanto nos sea posible.

Besitos a todos.